Una nueva mirada público-privada-social sobre el Territorio

El encierro obligado en gran parte del mundo y Chile, que se vivió durante la crisis provocada por la pandemia, invitó a las personas a explorar lo que habitamos diariamente, territorios íntimos que no estaban tan presentes en la conciencia. Se comenzaron a reconocer las esquinas del lugar que se habita, y hubo cambios en el desplazamiento durante el encierro.

Se generó un proceso de innovación doméstica, 24/7, en donde se buscaron nuevas maneras de hacer cosas, y en definitiva, casi todo se reintentó en el silencio -o en la bulla- de este nuevo habitar íntimo.

Otra consecuencia muy importante, fue la adaptación del consumo global de productos; que estaban ahí, a una disponibilidad más local, casi de escasez.

A los territorios de carácter nacional, regional,  provincial, comunal, urbano o rural, se sumó el “virtual”, que aumentó las brechas para el desarrollo de las personas y comunidades a través de la conexión de todos los territorios físicos que se conocían y reconocían hasta antes de esta integración forzosa. 

Esta crisis puso a conversar a los sectores público y privado, como nunca, porque sin cooperación todo el sistema podría colapsar en medio del metatarso de la vorágine intelectual, humana, cibernética y de sobrevivencia. Con el incremento en la transferencia de competencias,  tanto administrativas como técnicas hacia las regiones, se hacía vital contemplar el desarrollo del territorio virtual, a fin de aprovechar este nuevo escenario de una manera innovadora y efectiva. 

Tenemos la misión de contribuir a la evolución de comunidades involucradas y apasionadas en el desarrollo sostenible de sus localidades. El desafío es aprender a trabajar en este nuevo territorio, con las infinitas posibilidades que brinda, lo que conlleva a ampliar la mirada en los procesos de planificar y de ejecución de proyectos sustentables. Todo esto, en colaboración con empresas, sector público y sociedad civil, para crear valor social local y global.

Para leer bien un territorio hay dos aristas: el dato y la experiencia. Ahí está el desafío porque la vorágine de información con que contamos hoy nos pone una barrera entre lo cualitativo y lo cuantitativo, repletos de FODAS, DIFE, estrategias, estudios. Las recetas son infinitas y hay que tomar respiro, silenciar los datos para conectarse con el alma de quienes lo habitan, para lograr una matriz equilibrada entre el deseo, la expectativa y lo posible.

Uno de los grandes aprendizajes de la pandemia es la necesidad de trabajar articuladamente en estrategias público-privadas considerando la sociedad civil, ya que la experiencia muestra en esta práctica la generación de patrimonio intangible para la comunidad. El llamado es co-construir un clima de confianza, para que la comunidad en su conjunto dialogue y proyecte nuevas maneras de incrementar su desarrollo humano y bienestar social.

 

Yessica Nuñez – Coordinadora Proyectos Zona Sur – XCompany

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *